Más de un millar de personas de los cinco continentes participan en el Festival de Tango Queer de Buenos Aires, un evento dirigido a la comunidad homosexual, pero abierto a todos los amantes de este popular baile arrabalero que quieran desafiar sus roles tradicionales.
"El lema del festival es bailar tango sin que los roles estén fijos al sexo de la persona que lo baila. Es decir, dos mujeres pueden bailar juntas, y dos hombres también", sin que ello sea motivo de burla o rechazo, explicó una de las directoras del evento, Mariana Docampo.
El festival busca romper con "la relación de dominación" que pervive desde los orígenes del tango, a fines del siglo XIX, en la que el hombre es siempre el que conduce y la mujer se deja guiar, un vínculo que pierde su sentido cuando las que bailan son parejas del mismo sexo.
El término 'queer', que significa 'raro' o 'extraño' en inglés, se utilizaba originariamente para despreciar a la comunidad homosexual, pero en la década de los noventa del siglo XX este grupo terminó apropiándose del término para darle un nuevo significado reivindicativo.
Para Docampo "lo 'queer' tiene que ver con toda una forma de pensar, una filosofía e incluso una teoría, donde las identidades están pensadas en diferencia y en movimiento", concepto en el que se fundamenta la esencia del festival, que este 2010 ha sido declarado de interés cultural por el Ministerio argentino de Cultura.
Mario Weis, bonaerense de 47 años y homosexual, vive en Australia desde hace 15 años, pero desde que se inauguró el festival en 2007 regresa cada año a la capital argentina para, dice, "aprender de los mejores profesores del mundo no sólo a liderar sino a ser liderado.
"No hay nada más lindo que, en mitad del baile, cambiar los roles y dejarte llevar", asegura.
"Es bonito tener la oportunidad de ser yo misma cuando bailo tango. Puedo ser quien quiero ser, y nadie se va a molestar ni reaccionar negativamente", agradece Cathy, un travesti australiano que este 2010 participa por segunda vez en la cita.
El Festival de Tango Queer "es muy especial, es una verdadera oportunidad de aprender de profesores expertos y de los beneficios de la mejor tradición del tango en un contexto abierto", añade Cathy, de 54 años.
Entre los asiduos al festival está también Daniel Phoenik Singh, indio nacionalizado estadounidense, que este año participa por tercera vez con un espectáculo en el que fusiona el tango con otras danzas clásicas.
Australianos, estadounidenses, japoneses y europeos, en su mayoría, se mezclan con porteños para participar en las clases y disfrutar de los espectáculos que ofrece el festival.
El evento, auspiciado por el gobierno de Buenos Aires y el Instituto Nacional contra la Discriminación y la Xenofobia, tiene este año a Berlín como "invitada de honor", con el objetivo de intercambiar experiencias entre ambas capitales.
"El lema del festival es bailar tango sin que los roles estén fijos al sexo de la persona que lo baila. Es decir, dos mujeres pueden bailar juntas, y dos hombres también", sin que ello sea motivo de burla o rechazo, explicó una de las directoras del evento, Mariana Docampo.
El festival busca romper con "la relación de dominación" que pervive desde los orígenes del tango, a fines del siglo XIX, en la que el hombre es siempre el que conduce y la mujer se deja guiar, un vínculo que pierde su sentido cuando las que bailan son parejas del mismo sexo.
El término 'queer', que significa 'raro' o 'extraño' en inglés, se utilizaba originariamente para despreciar a la comunidad homosexual, pero en la década de los noventa del siglo XX este grupo terminó apropiándose del término para darle un nuevo significado reivindicativo.
Para Docampo "lo 'queer' tiene que ver con toda una forma de pensar, una filosofía e incluso una teoría, donde las identidades están pensadas en diferencia y en movimiento", concepto en el que se fundamenta la esencia del festival, que este 2010 ha sido declarado de interés cultural por el Ministerio argentino de Cultura.
Mario Weis, bonaerense de 47 años y homosexual, vive en Australia desde hace 15 años, pero desde que se inauguró el festival en 2007 regresa cada año a la capital argentina para, dice, "aprender de los mejores profesores del mundo no sólo a liderar sino a ser liderado.
"No hay nada más lindo que, en mitad del baile, cambiar los roles y dejarte llevar", asegura.
"Es bonito tener la oportunidad de ser yo misma cuando bailo tango. Puedo ser quien quiero ser, y nadie se va a molestar ni reaccionar negativamente", agradece Cathy, un travesti australiano que este 2010 participa por segunda vez en la cita.
El Festival de Tango Queer "es muy especial, es una verdadera oportunidad de aprender de profesores expertos y de los beneficios de la mejor tradición del tango en un contexto abierto", añade Cathy, de 54 años.
Entre los asiduos al festival está también Daniel Phoenik Singh, indio nacionalizado estadounidense, que este año participa por tercera vez con un espectáculo en el que fusiona el tango con otras danzas clásicas.
Australianos, estadounidenses, japoneses y europeos, en su mayoría, se mezclan con porteños para participar en las clases y disfrutar de los espectáculos que ofrece el festival.
El evento, auspiciado por el gobierno de Buenos Aires y el Instituto Nacional contra la Discriminación y la Xenofobia, tiene este año a Berlín como "invitada de honor", con el objetivo de intercambiar experiencias entre ambas capitales.
Fuente: terra.com
Lidera la nutrida participación alemana la profesora Astrid Weiske, impulsora del Festival Queer Tango, que en julio de 2011 celebrará su primera edición en Berlín, con participación de numerosos especialistas argentinos.
Argentina se ha convertido este 2010 en el primer país de América Latina en contar con una ley nacional que permite el matrimonio entre parejas del mismo sexo, reforma legislativa que ha convertido al país suramericano en atractivo destino turístico para la comunidad homosexual de la región y el resto del mundo.
Lidera la nutrida participación alemana la profesora Astrid Weiske, impulsora del Festival Queer Tango, que en julio de 2011 celebrará su primera edición en Berlín, con participación de numerosos especialistas argentinos.
Argentina se ha convertido este 2010 en el primer país de América Latina en contar con una ley nacional que permite el matrimonio entre parejas del mismo sexo, reforma legislativa que ha convertido al país suramericano en atractivo destino turístico para la comunidad homosexual de la región y el resto del mundo.
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